martes, 30 de diciembre de 2014

FITO & FITIPALDIS en Valencia 19-12-2014

El Sábado llegaba a Valencia la última de las grandes giras del 2014. En lo que a Rock se refiere, la de FITO & FITIPALDIS probablemente sea junto a EXTREMODURO la gira nacional de mayor tirón del año que estamos a punto de cerrar. La presentación de Huyendo conmigo de mí por ahora se cierne a estos 12 conciertos de otoño, todos cerrados con “sold out” (incluso los que faltan por venir), que junto al primer puesto en ventas del álbum confirman una vez más el estado de gracia del bilbaíno.


Los valencianos LOS ZIGARROS se ajustaban muy bien al perfil de banda invitada en esta gira de los FITIPALDIS. Por algo el productor y guitarrista Carlos Raya (mano derecha de Fito Cabrales) se puso tras los mandos en su magnífico debut Los Zigarros, e insisto en que esta banda tiene algo.


Los vi mucho más sueltos y rodados que en su concierto en Zaragoza el pasado mes de marzo, en la sala López, y con una actitud mucho más participativa con el público. Y luego está el sonidazo con el que contaban. Poder lucirse ante unas mil-dos mil personas cada noche, y creciendo hasta las nueve-diez mil cuando termina el concierto está siendo toda una oportunidad para ellos y creo que la han aprovechado. Su estilo, a medio camino entre AC/DC, TEQUILA y M CLAN, y su desparpajo, terminaron conquistando a los que les prestaron atención.



Me gustó comprobar que ese pedazo de escenario no se les quedaba grande. Este es un grupo llamado a devolver el Rock a los grandes recintos, y los valencianos no se achantan ante la llamada. Van a por todas.


FITO & FITIPALDIS

Puntual como un reloj, a las 22h00 se apagaron las luces y se proyectaron imágenes de un cementerio, en el que veíamos los nombres de las giras anteriores grabados en las lápidas, con una interrogación en la presente. La banda salió por los dos laterales, con Fito y Carlos Raya liderando cada fila, lo que ya dice mucho del peso del guitarrista en los actuales FITIPALDIS.

El setlist creo que estuvo muy bien confeccionado. Atreverse con tantas canciones de Huyendo conmigo de mí era una apuesta fuerte, pero a la hora de la verdad demostró que salió triunfante. Todo el mundo se sabía las letras de arriba a abajo de Entre la espada y la pared y Lo que sobra de mí, los dos adelantos del disco, pero también de Pájaros disecados, Después del naufragio, Nada de nada o la guitarrera Garabatos. Ha sido un éxito de ventas, y sin duda ha calado entre el público.

Y respecto a los clásicos, siempre habrá quien eche en falta algunos temas (yo, personalmente, Whisky barato, Trozos de cristal, Medalla de cartón, A la luna se le ve el ombligo y una de mis favoritas del repertorio fitipaldi, Donde todo empieza), pero estamos hablando de un repertorio de 20 canciones, que se alargó hasta las dos horas. No cabe todo. Y lo cierto es que del material antiguo poco se puede discutir. Fito siempre va a tocar La casa por el tejado, Soldadito marinero o Antes de que cuente 10, pero es un gustazo que haya recuperado Como pollo sin cabeza o Corazón oxidado. No fue una selección de grandes éxitos, y para los que seguimos su carrera desde el principio, se agradece.


Y para los que aún venimos de más atrás, nos regaló una versión acústica de Alucinante, de su antigua banda. No fue tan sentida como la de Al cantar en las dos giras anteriores, pero seguro que a más de uno se le erizaron los pelos. Cuando anunció una de PLATERO Y TÚ, el estallido fue inmenso, pero lo cierto es que poca gente conocía la letra… quizá esperaban El roce de tu cuerpo. Me quedó un poco de sabor agridulce en ese sentido, que no se reconozca tanto el pasado de Fito. Y ese viernes 12 de diciembre se cumplían 20 años del mítico Hay poco Rock & Roll, por cierto Nos sigue debiendo una gira de despedida ;)


El público es distinto. Es más variado. Abarca de todas las edades, y había muchos padres acompañando a sus hijos menores , pero también muchos de ellos dándolo todo. Como su colega Robe Iniesta, no sa. Y no caigamos en errores fáciles. Había camisetas de PLATERO, EXTREMODURO, S.A. y BARRICADA.  Respecto al propio Fito, es increíble lo que ha crecido como artista en el escenario. Si en estudio se ha ganado (muy acertadamente) la etiqueta del Mark Knopfler español, en directo se ha transformado más en nuestra versión de Bruce Springsteen. No en tanto a sonar más rockero que en disco, sino a la actitud y movimientos del vasco en escena. En varias ocasiones se echaba la guitarra a la espalda y se acercaba a las primeras filas, y corría de lado a lado del escenario para animar a las gradas, que terminaban enteras poniéndose de pie. ¿Quién se hubiera imaginado el día anterior a un Fito sin guitarra, únicamente micro en mano? En Nada de nada lo hizo, y a mí fue cuando más claro me quedó que este es otro Fito, que se ha sabido adaptar a la perfección a su nueva condición de artista llenapabellones. El ex PLATERO, como su ídolo Rosendo, conecta muy bien con el público. Ambos tienen la habilidad de gritar “buenas noches” y meterse al público en el bolsillo. El vasco ha ido un paso más allá. Porque es muy difícil hacer sentirse partícipe a todos un pabellón de 10 mil personas. Y Fito lo hace. Tiene el mismo don que el Boss. Sólo le faltó subir un niño al escenario. Como guinda al espectáculo, un espectacular juego de luces, y tres enormes pantallas para no perderse nada del concierto, y proyectar imágenes de acompañamiento. Un concierto prácticamente perfecto, como sospecho que han sido todos los anteriores de la gira de Huyendo conmigo de mí, y los que resta. FITO & FITPALDIS están en estado de gracia. Han conquistado un éxito más que merecido, y el que lo dude, no tiene más que acercarse a un concierto. Bueno, tendrá que esperar a la siguiente gira. Para esta no quedan entradas.

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